jueves, 3 de febrero de 2011

Ella...

Se acerca a la vida, dando pequeños pasos... avanzando a tropiezos, sintiendo lo que no se puede sentir, probando aquellas pequeñas cosas, satisfaciéndose de pequeños bocados de vez en cuando.

Pensaba que era especial, todo lo que creía era simplemente superficial, nada podía ser como siempre, nada volvería a ser igual, necesitaba más... Mente insuficiente, habilidades erróneas, amores eternos, sólo en su cabeza, nada que pudiera ser hiriente...

Llegó como se fue, fugaz, especial pero demasiado veloz como para poderlo ignorar, desgraciadamente demasiado rápido como para ser verdad. Mentiras debajo de la ropa, amores que se esconden entre copas llenas de nada. Sentimientos que no se pueden reencontrar, demasiado diferentes para poder conciliar en uno, pero suficientes para desgarrar el alma, el corazón abierto.

"Arráncame el viento que sopla por mi cabeza, es lo único que falta. Odiáme, porque yo no sé como, no puedo recordar cómo dejarme ir. No sé como deshacer lo hecho, lo malhecho; esas pequeñas cosas para los demás invisibles pero para mí tan desgraciadamente tangibles. Sufrimiento que brota de mi ser como letras brotan en un teclado, como sangre brota de mis haridas expuestas a corazón abierto..."

Todo se ha ido, todo lo que le hacía felíz, que le hacía brillar desapareció, murió, se ha marchado tras sus pies, sus manos, su cariño, su calor... Siempre lo supo, pero eso que hierve, que la mata desde las entrañas, le cortó los ojos, los oidos, y creyó... creyó que podia volar, que podía flotar, ahora no es más que cenizas en su viento, enredándose en su cabello y haciéndola pensar ¿Y si nunca hubiera pasado?